Rehabilitación de fractura de muñeca

Una fractura de muñeca es una fisura o una rotura en uno o más de los huesos que componen la muñeca. El tipo más común de fractura de muñeca se da cuando una persona se cae e intenta agarrase, aterrizando con la mano extendida.

La mano es una de las estructuras del cuerpo más complejas a nivel osteoarticular, ya que está compuesta por 29 huesos y sus respectivas articulaciones. La muñeca, en concreto, está formada por 8 pequeños huesos llamados carpo y 2 huesos del antebrazo conocidos como radio y cúbito.

Las fracturas en la mano y en la muñeca se deben a traumatismos muy diversos, y suceden cuando se aplica una fuerza tan excesiva como para romper el hueso.

Una cuarta parte de todas las fracturas son cercanas a la muñeca, siendo la fractura distal del radio la más común, ya que representa aproximadamente el 25% de todas las fracturas en adultos. Además, en las personas mayores las fracturas del radio distal (Colles y Smith) son hasta siete veces más frecuentes, debido a la osteoporosis.

Las fracturas se clasifican en función de:

• La ubicación: diafisaria, epífisis, metafisaria o articular.
• El ángulo: transversa, oblicua, espiral, estrellado o longitudinal.
• El número de fragmentos: pueden ser simples (dos fragmentos) o conminutas (múltiples fragmentos).
• Dependiendo de si el tejido blando está expuesto (abierta) o no lo está (cerrada).

Hay tres tipos de fracturas de huesos:

1. No desplazada: el hueso se rompe, pero sigue en su posición normal.
2. Desplazada: cuando un fragmento de hueso se desplaza de su posición habitual.
3. El más grave, con múltiples roturas del hueso o huesos.

Las fracturas de tipo 1 y 2 suelen ser tratadas sin cirugía, mientras que la tercera suele requerir intervención quirúrgica.

Una fractura que no sea bien tratada puede ocasionar múltiples complicaciones y lesiones asociadas a medio o largo plazo, como el síndrome del túnel carpiano o el síndrome de dolor crónico regional complejo.

En caso de fractura, es muy probable que sientas un gran dolor en toda el área de la muñeca a causa de la inflamación, que suele aparecer al momento de sufrir la lesión o traumatismo.

Al tratar de mover la mano, podrías notar un roce de los fragmentos fracturados, una sensación como de crepitación o crujido. Además, si se trata de una fractura desplazada, habrá una deformidad o desalineación evidente en la muñeca.

Los principales síntomas de una fractura de muñeca son:

• Dolor intenso en la muñeca que puede irradiarse hacia los dedos e incluso al antebrazo.
• Sensibilidad al tacto.
• Hinchazón e inflamación de la muñeca.
• Pérdida de fuerza y función de la mano.
• Sensación de hormigueo en la mano y dedos.
• Coloración azul de la mano y hematomas.
• Si la fractura es abierta, el hueso fracturado sobresaldrá a través de la piel.

Llevar muñequeras si practicas deportes de alto riesgo (snowboard, patinaje, fútbol, balonmano...) o usar zapatos cómodos y con suela antideslizante pueden prevenir la aparición de una fractura de muñeca.

Si has sufrido una fractura de muñeca, lo primero que deberías hacer es acudir lo antes posible a un centro médico para que te hagan un reconocimiento y una radiografía. En caso de sospechar de lesiones añadidas o fracturas complicadas podría ser necesaria una tomografía computarizada (TC) o una resonancia magnética (RM).

El médico o traumatólogo tratará de identificar cambios externos como inflamación o deformación y verificar si hay trastornos circulatorios, motores o sensitivos. Dependiendo del tipo de fractura que presentes, te puede recomendar una escayola o un cabestrillo para inmovilizar la zona durante el tiempo necesario para su recuperación.

Tratamiento médico para una fractura de muñeca

El objetivo del tratamiento es restaurar la anatomía alterada para recuperar la flexibilidad y funcionalidad de la muñeca, así como paliar el dolor.

El tratamiento conservador suele ser el elegido en caso de fracturas simples, sin compromiso articular ni desplazamiento significativo de los fragmentos fracturados. Mediante el método de reducción se vuelven a colocar en la posición correcta los extremos del hueso fracturado. A continuación, se lleva a cabo la inmovilización con una férula de yeso o de polipropileno, que se mantiene durante unas 4 o 6 semanas, dependiendo de la edad del paciente y del hueso afectado.

El período estimado de curación es variable, en función del individuo y del tipo de fractura, pero suele estar comprendido entre las 4 y las 10 semanas. No obstante, el tiempo de recuperación puede ser mayor tras una cirugía, dependiendo de la gravedad de la lesión.

Rehabilitación de muñeca después del yeso

La rehabilitación de la muñeca dependerá del tipo de fractura y de la técnica quirúrgica empleada. Existen 4 fases de rehabilitación de fracturas:

1. Fase de protección: confección de ortesis o férula, manejo del edema y control del dolor.
2. Fase restauradora: ejercicios de movilidad activa y activa-asistida y ejercicios de deslizamiento tendinoso.
3. Fase de fortalecimiento: ejercicios de resistencia progresiva.
4. Fase funcional: donde se trata de recuperar habilidades para el desempeño de actividades de la vida diaria y actividades laborales, educativas o de ocio.