Es bastante habitual que después de una sesión de fisioterapia algunos pacientes nos llamen preocupados preguntándonos: “¿Es normal que me duela tanto el cuerpo? Es como si me hubieran dando una paliza o me hubiera pasado un camión por encima”. Con este post queremos sacarte de dudas para que no te preocupes innecesariamente.
Lo primero que tenemos que aclarar es que es normal estar dolorido después de un tratamiento de fisioterapia, pero claro, hasta cierto punto. Conocer hasta dónde es normal el dolor es tan básico como mantener una buena comunicación con tu fisioterapeuta.
Para que todo fluya, nosotros, como pacientes, debemos describir y explicar con detalle nuestras sensaciones y dolores, y nuestro fisio, por su parte, nos debe comunicar las técnicas empleadas y justificar sus consecuencias para que no nos extrañe esa sensación molesta después del tratamiento.
El dolor de una sesión de fisioterapia es más de tipo agujetas o dolor dérmico que el dolor agudo propio de una lesión.
¿QUÉ SE SUPONE QUE DEBO SENTIR DESPUÉS DE UN TRATAMIENTO DE FISIOTERAPIA?
Los tratamientos de fisioterapia son vasodilatadores, lo que puede aumentar la sensación de dolor, y al mismo tiempo hacer que en la zona tratada aumente la temperatura corporal, lo que a su vez puede causar cierta inflamación.
Asimismo, al tratar la zona se pueden producir ciertas roturas de microfibras intencionadas en los músculos, lo que también puede acarrear molestias. Por ejemplo, para desbloquear las zonas afectadas de una contractura, la rotura de fibras musculares se hace necesaria para su renovación y regeneración.
Síntomas como moratones, dolor de cabeza o incluso fiebre después de un masaje cervical son algo bastante habitual y no han de preocuparte, si desaparecen al cabo de unas horas. El cuerpo necesita un tiempo para que los tejidos musculares vuelvan a su estado natural después de las sesiones.
A pesar del posible dolor posterior, es recomendable seguir acudiendo al fisioterapeuta, ya que las molestias que se puedan sentir siempre serán mucho menores que el dolor derivado de no tratar una lesión a tiempo; más aún, si no se trata la lesión, es posible que ésta empeore o se cronifique, con todo lo que supone.
MITOS Y FALSAS CREENCIAS
El principal problema, y de donde surgen la mayoría de los malentendidos y falsas creencias, es que algunos pacientes valoran la evolución, el tratamiento y el trabajo del fisioterapeuta en función del dolor que sienten, y esto es un gran error. La rehabilitación de lesiones que afectan a músculos, tendones y huesos a menudo conlleva dolor y es inevitable provocarlo durante la sesión, pero de ninguna manera esto equivale a una mala praxis.
Esto nos lleva a que haya dos tipos de personas:
- Las que acuden a que les den un masaje por el simple hecho de que les “crujan”, y así consideran que cuanto más dolor sientan, mejor.
- Y las que piensan que, a más dolor, peor es la sesión que ha recibido.
Ninguna de las dos teorías es cierta.
SECUENCIA DE UNA SESIÓN DE FISIOTERAPIA
Esto es lo que puedes experimentar después de someterte a una sesión de fisioterapia:
- Inmediatamente después de la sesión existe mayor movilidad en la zona tratada. La recomendación es realizar tareas normales y no ejercicios bruscos.
- 24 horas después de recibir una sesión de fisioterapia es posible sentir dolor al tacto, hinchazón en la zona tratada y disminución de la movilidad. La recomendación es realizar tareas normales y ejercicios suaves.
- Por lo general, a las 48 horas se produce una disminución del dolor y la hinchazón y un aumento de la movilidad en la zona. Aquí ya se puede hacer vida normal, y en el caso de practicar deporte, que sea a una intensidad moderada.
- Después de 48 horas desaparecen las molestias y ya se puede incrementar progresivamente la actividad física.
Consejos y recomendaciones para minimizar las molestias derivadas de una sesión de fisioterapia:
- Espera al menos 24 horas antes de ejercitar los músculos de la zona tratada por el especialista.
- Cuida tu alimentación. Algunos alimentos (como los pescados y los frutos secos, ricos en Omega 3) favorecen la recuperación de tejidos y la regeneración de las microfibras musculares.
- Aplica hielo y friegas para reducir la inflamación. Así se reduce la actividad de los vasos sanguíneos de la zona y la respuesta vasodilatadora.
- Aplica geles antiinflamatorios en las zonas afectadas.
Como hemos visto, tras una sesión de tratamiento fisioterapéutico es completamente normal sentir dolores en las zonas tratadas. De hecho, el dolor después de un masaje es un claro indicio de que los tratamientos contra problemas y molestias musculares de gran calado están surtiendo un efecto reparador, y la prueba por la que debemos pasar para alcanzar el bienestar y el equilibrio deseados. En Clínica Columbia tenemos gran experiencia en fisioterapia en Bilbao y Bizkaia. Puedes visitar cualquiera de nuestros centros y responderemos a tus dudas.