Aunque es esencial personalizar el tratamiento, existen algunas pautas generales que pueden servir como referencia:
1. Fase aguda
Durante la fase inicial o aguda de una lesión, las sesiones pueden ser más frecuentes, típicamente de dos a tres veces por semana. Este enfoque intensivo puede ayudar a manejar el dolor y la inflamación tempranos.
2. Fase de recuperación
A medida que el paciente progresa, la frecuencia de las sesiones suele disminuir. Una vez que se ha controlado el dolor y se ha mejorado la movilidad inicial, las sesiones pueden reducirse a una vez por semana o cada dos semanas, enfocándose en restaurar la función completa y prevenir futuras lesiones.
3. Mantenimiento o prevención
En casos de condiciones crónicas o para la prevención de futuras lesiones, las sesiones podrían espaciarse aún más, realizándose una o dos veces al mes, dependiendo de las necesidades específicas del paciente.
Es fundamental que la planificación del tratamiento se haga en colaboración con un fisioterapeuta cualificado que pueda evaluar adecuadamente tu situación. Además, es importante tener en cuenta que el proceso de fisioterapia debe ser flexible, ajustándose según la evolución del paciente.
Determinar la frecuencia óptima de las sesiones de fisioterapia es un proceso dinámico que debe adaptarse a las circunstancias individuales de cada paciente. En nuestra clínica en Bilbao nos comprometemos a proporcionar un enfoque personalizado y basado en evidencia, asegurando que cada paciente reciba el cuidado óptimo para su recuperación.
Si tienes más preguntas sobre tu situación específica o deseas comenzar un tratamiento, no dudes en ponerte en contacto con nosotros.